El Grupo Florida fue un agrupamiento informal de
artistas de vanguardia de la Argentina durante la década de 1920 y de 1930.
Tradicionalmente, la historiografía cultural argentina lo opuso al Grupo Boedo.
Recibieron ese nombre porque uno de sus puntos de confluencia era la revista
literaria Martín Fierro, cuya sede se encontraba en la esquina de la
tradicional calle Florida y Tucumán, en la ciudad de Buenos Aires, y también
porque acostumbraban a reunirse en "La Richmond", un café ubicado
sobre Florida, entre Lavalle y la avenida Corrientes. También era habitual que
realizaran sus exposiciones en el café Tortoni.
La Revista Martín Fierro,
fundada en febrero de 1924, con su famoso "Manifiesto", fue el eje de
reunión del Grupo Florida. Sin embargo en la misma participaron escritores con
estilos más identificables con el Grupo Boedo. Su primer director fue Evar
Méndez y estaba codirigida también por Oliverio Girondo. Precisamente este
último escribió el "Manifiesto" del grupo, publicado en el cuarto
número de la revista, el día 15 de mayo de 1924.
Entre otras cosas el Manifiesto sostiene la voluntad
del grupo de romper los esquemas y reglas artísticas entonces vigentes:
Frente a la impermeabilidad hipopotámica del
honorable público. Frente a la funeraria solemnidad del historiador y del
catedrático que momifica cuanto toca.... Martín Fierro sabe que todo es nuevo
bajo el sol, si todo se mira con unas pupilas actuales y se expresa con un
acento contemporáneo.
Otra revista relacionada con el grupo fue la Revista Proa, de Jorge Luis Borges y su hermana
Norah, entre otros.
El Grupo Florida se caracterizó fundamentalmente
por la búsqueda de innovaciones vanguardistas relacionadas con las formas, como
el cuestionamiento a la métrica y la rima en la poesía. Apoyaron el
surrealismo, el dadaísmo, el ultraísmo y en general todas las corrientes de
vanguardia europeas de la época.
Sus integrantes fueron:
Literatura: Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo,
Conrado Nalé Roxlo, Leopoldo Marechal, Raúl González Tuñón, Eduardo González
Lanuza, Ricardo Güiraldes.
Pintura: Xul Solar, Raquel Forner, Alfredo Guttero,
Norah Borges, Lino Eneas Spilimbergo, Antonio Berni, Aquiles Badi, Héctor
Basaldúa, Horacio Butler, Emilio Centurión, Juan del Prete y Emilio Pettoruti.
Un paciente en disminución
El doctor Terapéutica examinó detenidamente el pie
y “meneando con grave modo” la cabeza resolvió:
-Hay demasiado pie, con razón se siente mal: le
trazaré el corte necesario, a un cirujano.
Macedonio
Fernández
Oliverio Girondo Espantapájaros (al alcance de
todos) 1932
No se me importa un pito que las mujeres tengan los
senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de
lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un
aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de
soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de
zanahorias; ¡pero eso sí! —y en esto soy irreductible— no les perdono, bajo
ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las
que pretendan seducirme!
Ésta fue —y no otra— la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus
encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus
miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la
cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la
camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres.
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese,
volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las
nubes, un puntito rosado. “¡María Luisa! ¡María Luisa!”... y a los pocos
segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a
cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una
nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el
aterrizaje forzoso de un espasmo.
Oliverio Girondo Espantapájaros (al alcance de
todos) 1932
muy interesante... me gustó el artículo
ResponderEliminarMuy buen material!
ResponderEliminarExcelente artículo, pensaba que el grupo solo había reunido escritores, veo que también incluyó artistas que se dedicaban a la pintura.
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