Los recursos argumentativos

ESTRATEGIAS ARGUMENTATIVAS: ¿QUÉ TÉCNICAS O RECURSOS EMPLEAR?

Ahora bien, para poder elaborar argumentos sólidos sobre un tema polémico, es fundamental tener mucha información sobre ese tema, pero sin embargo, para lograr convencer a los demás esto no es suficiente, ya que también hay que saber cómo expresar esas ideas, con qué palabras, en qué momento, cómo organizarlas, etc.
Si bien ya mencionamos que  no es lo mismo, por ejemplo, estar debatiendo con un compañero, sobre el lugar a donde ir de viaje de egresados, que escribirle una carta a la Directora de la escuela para pedirle que renueve los bancos y las sillas de las aulas, que pinte las paredes y que mejore los baños de la institución, es posible señalar que para todos los casos en que tengamos que argumentar, existen ciertos “recursos, figuras o estrategias argumentativas” que permiten relacionar los argumentos con las opiniones y conducir a un receptor o destinatario (una persona, un auditorio, etc.) a lo largo de esa exposición de motivos.
Estas estrategias consisten en distintas formas de justificar, de respaldar una opinión, empleando el razonamiento, apelando a la experiencia o recurriendo a figuras discursivas y se diferencian porque hacen reflexionar de distintas maneras, a quien se desea convencer, tratando, en última instancia, que sus argumentos resulten “evidentes”, “obvios”, “objetivos”, para el interlocutor, cuando en realidad se trata de cuestiones “subjetivas”, de opiniones, puntos de vista, etc.
Aclaraciones:
Muchos de estos recursos incluyen como “posibilidad”, el uso incorrecto o el desvío del punto de discusión. A este tipo de enunciados se los denomina “falacias” y se mencionan en algunos de los siguientes ejemplos.
Para presentar la idea que contiene, estos recursos también utilizan frecuentemente “conectores”, es decir, palabras o construcciones que permiten organizar, unir esas ideas que se transformarán en un argumento.
Los ejemplos que se incluyen en la explicación de cada recurso o estrategia argumentativa, consisten mostrar distintas formas de argumentar “en contra de la pena de muerte”.


Qué es argumentar, polemizar, debatir...

LA ARGUMENTACIÓN

Argumentar es fundamentar una opinión, justificar un punto de vista, dar los motivos por los cuales se piensa de una manera. En este sentido, los argumentos respaldan una opinión, le dan un sentido y por lo tanto, le confieren el poder de influir en los demás, de convencerlos, de persuadirlos. Un abogado ante un tribunal, un vendedor de autos frente a un posible cliente, un político hablándole a la gente, una aviso publicitario que atrae a futuros consumidores, un adolescente que quiere convencer a su padre para que lo deje ir a bailar el fin de semana, en otras, son situaciones típicas en las que hay que dar razones para lograr lo que se desea.
Generalmente, cuando se necesitan dar argumentos para sostener una opinión es porque se está ante una situación más o menos polémica, en la que es necesario debatir, es decir, intercambiar puntos de vista. Por lo tanto, para lograr lo que se pretende, es primordial tener en cuenta todos aquellos elementos que componen esa situación comunicativa, y elegir la estrategia con la que se va a argumentar, es decir, hay que considerar:
- Con quién se está debatiendo, quién es o quiénes son, qué relación se tiene con él o ellos, por ejemplo, no es lo mismo tratar de convencer a un amigo del barrio, a un policía o a la sociedad en general. Por ejemplo, el lenguaje que se utilice será de mayor o menor formalidad, según sea el caso.
- En nombre de quién se argumenta, si lo se lo hace individualmente, “a título personal”, o en representación de mucha otra gente que comparte esa opinión y esos argumentos. De esto depende que se emplee la 1º persona gramatical del singular (Yo) o del plural (Nosotros).
- En qué lugar se produce el debate (en la calle, en un periódico, una sala de conferencias, en la escuela, etc.).
- Sobre qué tema. No es lo mismo argumentar sobre el derecho de toda persona a tener una vivienda digna, que discutir a dónde ir el fin de semana, o por qué motivos debemos cambiar de colegio a nuestro hijo.
- Con qué objetivo argumentamos, si lo hacemos para ganar plata, para aconsejar de la mejor manera a nuestro hijo, para conseguir un trabajo, para que nos dejen pasar ante un piquete o para que iluminen nuestra cuadra.
- En qué circunstancias lo hacemos. ¿Se ofenderá la otra parte con mis argumentos? ¿Qué pensará de mí?, ¿Hay más gente presente en el debate?, ¿Intervendrán en mi favor? ¿Es el momento adecuado para decirlo?, etc.
- Qué género discursivo hay que emplear (una nota de opinión, una monografía, una conversación cara a cara, un aviso publicitario, un discurso, una carta de lectores, un alegato jurídico, etc.)
Todas estas, entre innumerables cuestiones más, nos llevan a tomar, a su vez,  muchas otras decisiones: ¿Debemos hablar o escribir? ¿Usamos un lenguaje formal o informal? ¿Cómo organizamos los argumentos? ¿Qué recursos utilizamos, es decir, cómo fundamentamos la opinión, qué motivos damos?, etc.


El juguete rabioso de Roberto Arlt

El juguete rabioso es la primera novela del escritor Roberto Arlt –marcadamente autobiográfica- publicada en el año 1926 por la Editorial Latina. Sus manuscritos datan de la década de 1920 y fueron bosquejados por Arlt en las argentinas Sierras de Córdoba, en una época en la cual su mujer, Carmen, atacada por una complicada tuberculosis, debe instalarse en esas geografías para intentar una difícil mejoría. Arlt, en tanto acompaña a su esposa e invierte una considerable suma de dinero en negocios que no fructifican, hace nacer a El Juguete Rabioso.
Ya de regreso en Buenos Aires, Arlt trata de publicar esta novela en la colección "Los Nuevos", de la editorial Claridad, pero a Elías Castelnuovo Tedesco, asesor de la colección, no le gusta el libro. Es entonces cuando los azares del destino lo acercan a Ricardo Güiraldes de quien se hace secretario y amigo, quien, luego de escuchar las lecturas del libro, alienta a Arlt a continuar buscando editorial. Arlt pensaba llamar a esa primera novela "La vida puerca" sin embargo Güiraldes le recomendó (por lo que hoy llamaríamos mercadeo) un nombre menos violento para la gente de entonces, de allí "La vida puerca" pasó a ser titulada (con cierto tono surrealista y a la vez expresionista) "El juguete rabioso".





Aguafuertes porteñas

CAUSA Y SINRAZON DE LOS CELOS

Hay buenos muchachitos, con metejones de primera agua, que le amargan la vida a sus respectivas novias promoviendo tempestades de celos, que son realmente tormentas en vasos de agua, con lluvias de lágrimas y truenos de recriminaciones. 
Generalmente las mujeres son menos celosas que los hombres. Y si son inteligentes, aun cuando sean celosas, se cuidan muy bien de descubrir tal sentimiento, porque saben que la exposición de semejante debilidad las entrega atadas de pies y manos al fulano que les sorbió el seso. De cualquier manera; el sentimiento de los celos es digno de estudio, no por los disgustos que provoca, sino por lo que revela en cuanto a psicología individual. Puede establecerse esta regla: Cuanto menos mujeres ha tratado un individuo, más celoso es. La novedad del sentimiento amoroso conturba, casi asusta, y trastorna la vida de un individuo poco acostumbrado a tales descargas y cargas de emoción. La mujer llega a constituir para este sujeto un fenómeno divino, exclusivo. Se imagina que la suma de felicidad que ella suscita en él, puede proporcionársela a otro hombre; y entonces Fulano se toma la cabeza, espantado al pensar que toda "su" felicidad, está depositada en esa mujer, igual que en un banco. Ahora bien, en tiempos de crisis, ustedes saben perfectamente que los señores y señoras que tienen depósitos en instituciones bancarias, se precipitan a retirar sus depósitos, poseídos de la locura del pánico. Algo igual ocurre en el celoso. Con la diferencia que él piensa que si su "banco" quiebra, no podrá depositar su felicidad ya en ninguna parte. Siempre ocurre esta catástrofe mental con los pequeños financieros sin cancha y los pequeños enamorados sin experiencia.

Ricardo Piglia sobre Roberto Arlt y "El juguete rabioso"

INTRODUCCIÓN
I
MADAME BOVARY es el modelo ideal del lector de novelas. Una señora triste, de provincia, que cree en lo que lee y confunde la literatura con la vida. Lo mismo se puede decir de Silvio Astier, que ha leído con pasión los cuarenta tomos de Ponson du Terrail y hace de la literatura el fundamento de su experiencia. “Me devoraba las entregas”, dice Astier, y El juguete rabioso narra el modo en que el héroe es devorado por el folletín. Este muchacho de dieciséis años, que quiere ser ladrón, es un gran lector y el bovarismo es el secreto de su identidad. No le gusta la realidad y aspira a otro destino. Usa los libros como plan de acción y lee para aprender a vivir. Las novelas cambian la vida de los lectores. Esa es la utopía del género. Hace falta un lector apasionado e ingenuo que encuentre en los libros la autenticidad que la realidad no tiene. Pero las novelas que cambian la vida son libros populares, novelitas sentimentales, cuentos semipornográficos, literatura bandoleresca, relatos de masas. Seguro que Madame Bovary no hubiera leído Madame Bovary. La lectora ideal no hubiera leído la novela ideal. Y lo mismo se puede decir de Leopoldo Bloom, a ese lector apasionado de Paul de Kock no se le hubiera ocurrido leer Ulisses de Joyce. En esa serie Astier es un caso excepcional: este lector de folletines, termina por convertirse en escritor*. Las “memorias” que escribe no reproducen la forma de los libros que admira. Hay algo típico de Arlt en ese movimiento. En sus novelas el melodrama popular y los estereotipos de la cultura de masas son la materia de los sueños de los personajes y definen el destino contra el que luchan. Los héroes deben vencer la tentación para salvarse y pasar del otro lado. A menudo ese cruce es imposible. En Los siete locos, Erdosain asesina a la Bizca y se suicida porque repite un relato criminal que ha leído en los diarios. Hace lo mismo que leyó y su propio drama se transforma después en una noticia periodística. La intervención del extraño cronista, a quien Erdosain le hace un relato minucioso de su vida, es un intento de asegurar que la literatura registre la verdad. El juguete rabioso es la historia del pasaje de un mundo a otro. El libro narra de una manera perfecta las dificultades y los desvíos del acceso a la cultura: novela de educación parece una versión perversa de Recuerdos de provincia. Arlt supo ver en la desigualdad del acceso a los bienes culturales el modelo concentrado de la injusticia política (a la inversa de Sarmiento que veía en la disposición de los bienes culturales la solución de la injusticia política). Arlt se politiza a partir de su experiencia como escritor y sus posiciones anarquistas y anticonformistas son el resultado de su literatura (y no al revés). El juguete rabioso es una novela política en ese sentido: contraria a toda ilusión liberal y a cualquier modelo “progresista” de acceso libre a la cultura. “Al escribir mis memorias” dice Astier al comienzo. Y en el capítulo “El poeta parroquial”, finalmente no incluido en la novela (ver Apéndice.) reconoce su relación con la literatura. “¿Escribe?”, le pregunta el poeta. “Sí, prosa”, contesta Astier. “Cuando tenía catorce años me inició en los deleites y afanes de la literatura bandoleresca...”: en esta frase que recuerda una lectura empobrecida (primera frase de su primer libro) empieza la obra de Arlt. Lo que sigue es una de las más apasionantes historias de cruce de fronteras culturales que se pueda leer en cualquier lengua. Desde el principio, Astier actúa los efectos acumulados de una lectura (“Yo ya había leído los cuarenta y tantos tomos que el vizconde Ponson du Terrail escribiera acerca del hijo de mamá Fipart, el admirable Rocambole, y aspiraba a ser un bandido de alta escuela” (p. 37). Aspira a ser lo que ha leído y su vida es la repetición de un texto que en cada momento es necesario tener presente. Este canje entre lectura y experiencia hace avanzar la narración: en el camino de su aprendizaje, para enfrentar los riesgos, se sostiene de la literatura.

Las fieras de Roberto Arlt

No te diré nunca cómo fui hundiéndome, día tras día, entre los hombres perdidos, ladrones y asesinos y mujeres que tienen la piel del rostro más áspero que cal agrietada. A veces, cuando reconsidero la latitud a que he llegado, siento que en mi cerebro se mueven grandes lienzos de sombra, camino como un sonámbulo y el proceso de mi descomposición me parece engastado en la arquitectura de un sueño que nunca ocurrió.
Sin embargo, hace mucho tiempo que estoy perdido. Me faltan fuerzas para escaparme a ese engranaje perezoso, que en la sucesión de las noches me sumerge más y más en la profundidad de un departamento prostibulario, donde otros espantosos aburridos como yo soportan entre los dedos una pantalla de naipes y mueven con desgano fichas negras o verdes, mientras que el tiempo cae con gotear de agua en el sucio pozal de nuestras almas.
Jamás le he hablado a ninguno de mis compañeros de ti, ¿y para qué? La única informada de tu existencia es Tacuara. Apretando en el bolsillo un rollo de dinero, entra a la pieza después de las cuatro de la madrugada. El pelo de Tacuara es lacio y renegrido; los ojos oblicuos y pampas; la cara redonda y como espolvoreada de carbón, y la nariz chata. Tacuara tiene una debilidad: es la lectura de la "Vida Social", y una virtud la de gustarle a los descargadores de naranjas y hombres de la ribera de San Fernando.
Ceba mate mientras yo, espatarrado en la cama, pienso en ti, a quien he perdido para siempre. Lo dificultoso es explicarte cómo fui hundiéndome día tras día. A medida que pasan los años, cae sobre mi vida una pesada losa de inercia y acostumbramiento. La actitud más ruin y la situación más repugnante me parece natural y aceptable. Me falta extrañeza para recordar los muros de los calabozos donde he dormido tantas veces. Pero a pesar de haberme mezclado con los de abajo, jamás hombre alguno ha vivido más aislado entre estas fieras que yo. Aún no he podido fundirme con ellos, lo cual no me impide sonreír cuando alguna de estas bestias la estropea a golpes a una de las desdichadas que lo mantiene, o comete una salvajada inútil, por el solo gusto de jactarse de haberla realizado.

Recreo: "Los traidores" un cuento de Eduardo Sacheri

Para escuchar ... un cuento con traidores escrito por Eduardo Sacheri y relatado en Radio Nacional por Alejandro Apo.

Alejandro Apo
Eduardo Sacheri



Las orillas de Buenos Aires

El siguiente es un texto en el que la crítica literaria Beatríz Sarlo, refiriéndose a los textos del escritor Jorge Luis Borges, analiza el surgimiento del "orillero" y el  "compadrito" en los márgenes, en los arrabales de la ciudad de Buenos Aires.
De su libro "Borges, un escritor en las orillas":
Capítulo III
La libertad de los orilleros
Las orillas
Borges dibujó uno de los paradigmas de la literatura argentina: una literatura construida (como la nación misma) en el cruce de la cultura europea con la inflexión rioplatense del castellano en el escenario de un país marginal. Sobre el modelo de "las orillas", que Borges inventa en sus primeros libros de poesía, hay que pensar también el lugar que él ocupa. Desde el comienzo, Borges desconfía del utopismo rural que Ricardo Güiraldes celebra en Don Segundo Sombra, novela clásica donde el mal destino del gaucho se tuerce para componer una alegoría luminosa en el escenario sublime de la pampa. El revival criollista de Güiraldes tiene como protagonista a un gaucho demasiado recto: un gaucho bienpensante. Para Borges, en cambio, si esta literatura iba a encontrar héroes, ellos no serían síntesis intachables de virtudes tradicionales, sino personajes marcados por un doblez, capturados en destinos no transparentes. Y el paisaje de la literatura rioplatense debía ser la región ambigua donde se borronea el límite entre la llanura y las primeras casas.
Borges trabajó con todos los sentidos de la palabra "orillas" (margen, filo, límite, costa, playa) para construir un ideologema que definió en la década del veinte y reapareció, hasta el final, en muchos de sus relatos. "Las orillas" son un espacio imaginario que se contrapone como espejo infiel a la ciudad moderna despojada de cualidades estéticas y metafísicas. (*)
En aquellos años, el término "orillas" designaba a los barrios alejados y pobres, limítrofes con la llanura que rodeaba a la ciudad. El orillero, vecino de esos barrios, con frecuencia trabajador en los mataderos o frigoríficos donde todavía se estimaban las destrezas rurales de a caballo y con el cuchillo, se inscribe en una tradición criolla de manera mucho más plena que el compadrito de barrio (de quien Borges no propone ninguna idealización), cuya vulgaridad denuncia al recién llegado o al imitador de costumbres que no le pertenecen. El orillero arquetípico desciende del linaje hispano-criollo, y su origen es anterior a la inmigración; el compadrito arrabalero, en cambio, lleva las marcas de una cultura baja, y exagera el coraje o el desafío farolero para imitar las cualidades que el orillero tiene como una naturaleza. El compadrito es vistoso; el orillero es discreto y taciturno:
"...esa mezcla de sorna y cortesía, esa humildad exagerada, sobre todo cuando estaba a punto de provocar a alguien a duelo".

El compadrito Jorge Luis Borges y los duelos

Hombres pelearon
Esta es la relación de cómo se enfrentaron coraje en menesteres de cuchillo el Norte y el Sur. Hablo de cuando el arrabal, rosado de tapias, era también relampagueado de acero; de cuando las provocativas milongas levantaban en la punta el nombre de un barrio; de cuando las patrias chicas eran fervor. Hablo del noventa y seis o noventa y siete y el tiempo es caminata dura de desandar.
Nadie dijo arrabal en esos antaños. La zona circular de pobreza que no era el centro, era las orillas: palabra de orientación más despreciativa que topográfica. De las orillas, pues, y aun de las orillas del Sur fue El Chileno: peleador famoso de los Corrales, señor de la insolencia y del corte, guapo que detrás de una zafaduría para todos entraba en los bodegones y en los batuques; gloria de matarifes en fin. Le noticiaron que en Palermo había un hombre, uno que le decían El Mentao, y decidió buscarlo y pelearlo. Malevos de la Doce de Fierro fueron con él.
Salió de la otra punta de una noche húmeda. Atravesó la vía en Centro América y entró en un país de calles sin luz. Agarró la vereda; vio luna infame que atorraba en un hueco, vio casas de decente dormir. Fue por cuadras de cuadras. Ladridos tirantes se le abalanzaron para detenerlo desde unas quintas. Dobló hacia el norte. Silbidos ralos y sin cara rondaron los tapiales negros; siguió. Pisó ladrillo y barro, orilló la Penitenciaría de muros tristes. Cien hamacados pasos más y arribó a una esquina embanderada de taitas y con su mucha luz de almacén, como si empezara a incendiarse por una punta. Era la de Cabello y Coronel Díaz: una parecita, el fracaso criollo de un sauce, el viento que mandaba en el callejón.
Entró duro al boliche. Encaró la barra nortera sin insolencia: a ellos no iba destinada su hazaña. Iba para Pedro el Mentao, tipo fuerte, en cuyo pecho se enanchaba la hombría y que orejeaba, entonces, los tres apretados naipes del truco.
Con humildad de forastero y mucho señor, El Chileno le preguntó por uno medio flojo y flojo del todo que la tallaba ¡vaya usté a saber con quiénes! de guapo y que le decían El Mentao. El otro se paró y le dijo en seguida: Si quiere, lo vamos a buscar a la calle. Salieron con soberbia, sabiendo que eran cosa de ver.
El duro malevaje los vio pelear. (Había una cortesía peligrosa entre los palermeros y los del Sur, un silencio en el que acechaban injurias.)
Las estrellas iban por derroteros eternos y una luna pobre y rendida tironeaba del cielo. Abajo, los cuchillos buscaron sendas de muerte. Un salto y la cara del Chileno fue disparatada por un hachazo y otro le empujó la muerte en el pecho. Sobre la tierra con blandura de cielo del callejón, se fue desangrando.
Murió sin lástimas. No sirve sino pa juntar moscas, dijo uno que, al final, lo palpó. Murió de pura patria; las guitarras varonas del bajo se alborozaron.
Así fue el entrevero de un cuchillo del Norte y otro del Sur. Dios sabrá su justificación: cuando el Juicio retumbe en las trompetas, oiremos de él.
Extraído de Borges, Jorge Luis. El idioma de los argentinos. 1928.

Leer "HOMBRE DE LA ESQUINA ROSADA" de Jorge Luis Borges.


Milonga de Jacinto Chiclana

Me acuerdo. Fue en Balvanera
En una noche lejana
Que alguien dejó caer el nombre
De un tal Jacinto Chiclana.

Algo se dijo también
De una esquina y de un cuchillo;
Los años nos dejan ver
El entrevero y el brillo.

Quién sabe por qué razón
Me anda buscando ese nombre;
Me gustaría saber
Cómo habrá sido aquel hombre.

Alto lo veo y cabal,
Con el alma comedida,
Capaz de no alzar la voz
Y de jugarse la vida.

Nadie con paso más firme
Habrá pisado la tierra;
Nadie habrá habido como él
En el amor y en la guerra.

Sobre la huerta y el patio
Las torres de Balvanera
Y aquella muerte casual
En una esquina cualquiera.


No veo los rasgos. Veo,
Bajo el farol amarillo,
El choque de hombres o sombras
Y esa víbora, el cuchillo.

Acaso en aquel momento
En que le entraba la herida,
Pensó que a un varón le cuadra
No demorar la partida.

Sólo Dios puede saber
La laya fiel de aquel hombre;
Señores, yo estoy cantando
Lo que cifre en el nombre.

Entre las cosas hay una
De la que no se arrepiente
Nadie en la tierra. Esa cosa
Es haber sido valiente.

Siempre el coraje es mejor,
La esperanza nunca es vana;
Vaya pues esta milonga
Para Jacinto Chiclana.

Jorge Luis Borges

El lunfardo en el tango

Milonga Lunfarda, compuesta en 1960 por Mario Cecere e interpretada por Edmundo Rivero, casi un diccionario del lunfardo.



MILONGA LUNFARDA
Letra de Mario Cecere
Compuesta en 1960.

En este hermoso país
que es mi tierra, la Argentina,
la mujer es una mina
y el fuelle es un bandoneón.
El vigilante, un botón.
la policía, la cana.
el que roba es el que afana.
el chorro un vulgar ladrón.
al zonzo llaman chabón
y al vivio le baten rana.
La guita o el vento es
el dinero que circula;
el cuento es meter la mula,
y al vesre por al revés.
Si pelechaste, tenés
y en la rama si estas seco.
Si andas bien, andas derecho;
tirao, el que nada tiene
Chapar es, si te conviene,
agarrar lo que está hecho.
El cotorro es el lugar
donde se hace el amor.
El pashá es un gran señor
que sus mangos acumala.





La vecina es la fulana,
el tordo es algún doctor,
el estaño un mostrador
donde un curda se emborracha,
y si es que haces pata ancha
te la das de sobrador.
El que trabaja, labura;
quien no hace nada es un fiaca,
la pinta es la que destaca
los rasgos de tu apostura.
Mala racha es mishiadura,
que hace la vida fulera.
La cama es una catrera
y apoliyar es dormirse.
Rajar o piantarse es irse,
y esto lo manya cualquiera.
Y que te van a contar,
ya está todo relojeado.
Aquello visto, es junado;
lo sabe toda la tierra.
Si hasta la Real Academia,
que de parla sabe mucho,
le va a pedir a Pichuco
y a Grela, con su guitarra,
que a esta milonga lunfarda
me la musiquen de grupo.

En este link te dejo un Diccionario Lunfardo.

En un feca, compuesta en 1924 de autor anónimo e interpretada por una voz jóven del tango, el Cardenal Dominguez.





EN UN FECA
Tango 1924
Música: Autor anónimo
Letra: Autor anónimo

En un feca de atorrantes,
rodeada de escabiadores,
una paica sus amores
rememora sollozante.
En tanto, los musicantes
pul...
pulsando los instrumentos
lle...
llenan de tristes acentos
el feca tan concurrido
donde chorros aguerridos
triste sue...
triste sueñan con el vento.

Con tu pinta de diquera
me hici...
me hiciste mucho aspamento,
me trabajaste de cuento,
como a un otario cualquiera.

Y de la misma manera
me hici...
me hiciste tirar la daga
y pa' colmo de mi plaga
yo punguié por tu cariño,
me engrupiste como a un niño
pero esa...
pero esa deuda se paga.

Como tu fin ya está escrito,
fácil es de imaginar,
muy pronto irás a parar
a manos de un compadrito.
Y cuando ya esté marchito
ese...
ese cuerpo compadrón
algún...
algún oscuro botón
será el llamao a cargarte,
nadie quiere el estandarte
si es lun...
si es lunga la procesión

Cuántas palabras de hoy vienen del lunfardo ...

¿Qué es el lunfardo?
El lunfardo es una jerga originada y desarrollada en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires en Argentina1 2 (y de aquí se extendió en no muchos años a otras ciudades cercanas como Rosario y Montevideo en Uruguay, ciudades que vivían una situación sociocultural muy similar), debido en gran medida a la millonaria inmigración europea (principalmente italiana y española) ocurrida principalmente entre los años 1860 y 1960 (ver: Inmigración en Argentina). En 1878 un artículo del diario La Prensa titulado "El dialecto de los ladrones" se indicaba que en Buenos Aires había un nuevo modo de hablar y se enumeraban veintinueve palabras entre las cuales estaba precísamente lunfardo como sinónimo de ladrón. Así originariamente esta jerga era empleada por los delincuentes y pronto lo fue por la gente de las clases baja y media-baja. Parte de sus vocablos y locuciones se introdujeron posteriormente en la lengua popular y se difundieron en el castellano de la Argentina y Uruguay. Sin embargo ya a inicios del siglo XX el lunfardo comenzó a difundirse entre todos los estratos y clases sociales, ya sea por la habitualidad de su uso, porque era común en las letras de tango, o ambos motivos.
¿De dónde proviene el término?
La palabra «lunfardo» deriva de lombardo, idioma hablado principalmente en Lombardía (región ubicada en el norte de Italia). Hasta principios del siglo XX era frecuente entre las poblaciones italianas llamar lombardi (‘lombardos’) a los hampones, quizás recordando a las invasiones lombardas de inicios de la Edad Media.Para otros la palabra "lunfardo" no proviene directamente de Italia sino de Occitania (la mafia marsellesa era bastante activa en el Río de la Plata a fines de s. XIX) y en Occitania,se dice, los migrantes procedentes de la Lombardia eran tratados de delincuentes; según Otilia Da Veiga, la vicepresidenta en el 2011 de la Academia Porteña del Lunfardo, como en las ciudades de Lombardía había muchos prestamistas y banqueros la gente humilde de Italia decía que los lumbardi (lombardos) eran ladrones.
¿Cuál es su origen?
El lunfardo (o abreviadamente, lunfa) surgió en Buenos Aires y sus alrededores durante la segunda mitad del siglo XIX con el gran aporte de las distintas inmigraciones, sobre todo la italiana; y con palabras de origen indígena, africano y gauchesco que ya había en la Argentina.
El lunfardo más cerrado comenzó como lenguaje carcelario de los presos, para que los guardias no los entendieran, a fines del siglo XIX. Muchas de sus expresiones llegaron con los inmigrantes europeos (principalmente italianos) en tal caso, cuando ocurre una mezcla de lenguas españolas e italianas en el área rioplatense se produce el cocoliche, del cual derivan muchísimas palabras lunfardas. Otras palabras llegaron del lenguaje típico gauchesco (por ejemplo: piola). También merece destacarse la frecuente mezcla del lunfardo con el vesre, modalidad que permite la generación de nuevas palabras mezclando las sílabas (por ejemplo: mionca, por camión). Por ejemplo, «tango» es gotán, «pantalón» es lompa. En idioma francés existe un juego de palabras similar, llamado verlan (vesre fonético de l’envers [lanvér]). En sus orígenes, el lunfardo también tuvo aportes provenientes de Francia, especialmente del idioma occitano, del inglés (por ejemplo, las palabras jailái, jailaife, de high life o espiche de speech o escrachar de scratch), del gallego y del portugués, entre otros. El dialecto también incluye palabras aborígenes, en especial de los idiomas quechua, guaraní y mapuche; y también, palabras de origen africano (-sobre todo del África Bantú-, por ej: quilombo, mucama, mondongo, candombe, etc).

Escuchá este fragmento del programa "La mañana", que se emite por Radio Continental y conduce el periodista Víctor Hugo Morales.... incluye el tango "Mi noche triste" interpretado por Alfredo Zitarrosa y breves episodios de grandes humoristas que hacían uso de este tipo de jerga porteña.

En la Radio: Peter Capusotto con una parodia de los noticieros de la mañana

Imperdible, en el programa que Diego Capusotto tenía en la "Rock and Pop", denominado "Lucy en cielo con Capusottos", una de sus entradas se titulaba ¿Hasta cuándo?...
Estás en recreo, pero si tenés ganas, comentá qué cuestiones está parodiando este artista cómico argentino. Fijate el poder que tiene la parodia para poner en evidencia, de manera crítica, alguna situación política, social, o el papel que juega algún sector de nuestra sociedad.

Para polemizar: Inmigrantes Kapangas




Hace cien años llegó mi bisabuelo

Para un futuro buscar
en este suelo

Hay hambre y hay dolor,
su luna está marcada por la guerra
Europa quedó atrás,
Llegaban de a montones a estas tierras.

Dijeron que ibas a sufrir
te fue bien, ahora me voy del país
¿Y por qué?
Porque está todo mal
No puedo trabajar y por eso me tengo que ir

Querido bisabuelo si vivieras no entenderías,
Por buscar un futuro mejor
a tu tierra natal yo me fui
Para soñar, para vivir, para crear
un mundo nuevo

¡Bisabuelo! Viniste al pedo.


PROPUESTA:
La serie anterior y esta canción se refieren a la misma problemática en la que en una misma familia se cruzan los destinos de sus integrantes, abuelos o bisabuelos que vinieron, nietos o bisnietos que se van. ¿Qué similitudes y diferencias hay entre ambas historias? ¿Cómo se modifica esta historia hoy en el 2011 con esta nueva crisis europea?

Los inmigrantes bajan de los barcos...


Esta selección de imágenes sólo incluye los momentos referidos al viaje y la llegada de los inmigrantes europeos, pero en la serie original hay un "ida y vuelta" entre esta historia y "la otra", la de un argentino que luego de la crisis del 2001 decide probar "mejor suerte" en España, haciendo el camino inverso al que realizó muchos años antes su padre, cuando era muy jóven.
Si te interesa saber cómo sigue la vida de José (Andrés) o Juliusz en Buenos Aires, mandame un mensaje y más adelante cuelgo algunos capítulos más... de todas maneras podés encontrarlos en la red.


Vientos de agua es una serie de televisión que narra el fenómeno de la inmigración a través del exilio de un español en 1934 hacia Argentina, huyendo de problemas políticos, y el retorno de su hijo en 2001 debido a la crisis económica de ese país. Fue creada por el director argentinoJuan José Campanella —autor de películas como Luna de Avellaneda, El hijo de la novia, El mismo amor, la misma lluvia y El secreto de sus ojos— y coproducida por 100 Bares, Icónica,Pol-ka y Tele 5, tratándose del producto de ficción más caro de la historia de esta última. La serie consta de trece episodios de 72 minutos de duración. Se estrenó en España el 3 de enero de 2006 y en Argentina el 21 de mayo del mismo año.
La serie se inicia en 1934 con la historia de José Olaya (Ernesto Alterio), un asturiano de 19 años que trabaja con su padre y hermano Andrés en una mina de carbón. Un día ocurre un escape de gas y Andrés pide al capataz que deje salir a los trabajadores, entre los que había niños. El capataz desoye la petición y Andrés desobedece la orden de volver al trabajo, evacuando a los mineros; sin embargo, resulta mortalmente herido en un derrumbe. José y su padre logran llevar a un agonizante Andrés a su casa, donde muere rodeado por su familia. Esa misma noche, José decide estallar la mina en venganza y tras hacerlo, es perseguido por la Guardia Civil. Su madre le pide que se exilie en Argentina con el dinero que tenía ahorrado su hermano fallecido y adopte su identidad. José mantendrá en secreto el fallecimiento de su hermano y se hará llamar Andrés por sus futuros amigos y familia.
Paralelamente, en 2001, el hijo menor de un envejecido José (Héctor Alterio), Ernesto Olaya (Eduardo Blanco) es un arquitecto porteño sin trabajo que sufre la antesala de la crisis económica de ese año. Junto con su esposa e hijos, deciden emigrar a España, pero el denominado "corralito" bloqueó sus depósitos bancarios impidiéndole comprar cuatro pasajes de avión. Sin embargo, su padre le ofrece dinero suficiente para que viaje solo. Ernesto se traslada a Madrid, donde conoce a Ana (Marta Etura), una camarera veinteañera que lo ayuda a instalarse en un departamento compartido con Mara (Angie Cepeda), una joven inmigrante ilegal colombiana. Ernesto observa como sus planes de progreso se desmoronan ante una lenta burocracia española y las restricciones y xenofobia que sufren los inmigrantes. A pesar de esto, miente a su familia sobre su verdadera situación, haciéndoles creer que vive solo y con buenas expectativas de trabajo.
Volviendo al pasado, José se embarca rumbo a Argentina, conociendo en su viaje a Juliusz Lazlo (Pablo Rago), un joven judío de nacionalidadhúngara y a Gemma (Francesca Trentacarlini/Giulia Michelini), una niña italiana de nueve años que perdió a su familia. Juntos se instalan en unconventillo del barrio porteño de La Boca. El argumento continúa durante las décadas de 1940 y 1950 con las vivencias de José con el estallido de la Guerra Civil española, la historia de amor entre Juliusz y Gemma, el panorama político argentino durante el peronismo y con las distintas mujeres que pasan por la vida de José, como su primera esposa Sophie (Caterina Murino) y la segunda, Lucía (Valeria Bertuccelli), quien terminaría siendo la madre de Ernesto.
Por su parte, Ernesto consigue temporalmente un trabajo ilegal en un estudio de arquitectos. Eventualmente, a causa de la falta de sinceridad y la larga separación con su familia, empiezan a surgir roces entre Ernesto y su esposa Cecilia (Claudia Fontán), quien comienza una relación extramatrimonial con un compañero de su trabajo. Ya al final de la serie, Cecilia y Ernesto se divorcian, y este último empieza a tener sentimientos hacia su compañera de vivienda Mara, con quien se termina casando y teniendo un hijo.
Por último, en 2005, Ernesto —quien ya goza de la doble nacionalidad y un trabajo estable como arquitecto— y su padre visitan Asturias. Allí José en encuentra con los fantasmas de su pasado; decide matar al capataz que mandó a la mina a su hermano hace 70 años y más tarde suicidarse para reunirse con sus amigos. Finalmente recapacita y se da cuenta que tiene una vida en el presente. La serie termina con Ernesto y su padre sentados frente a la tumba de Andrés, mientras José finalmente le revela su secreto.

Dos parodias del gaucho


En su uso contemporáneo, una parodia es una obra satírica que ridiculiza, exagera, caricaturiza, recrea otra obra de arte, un personaje, un tema, un estilo, un autor, etc. mediante una referencia humorística, muchas veces transgresora, que invita a repensar el objeto parodiado habilitando a su vez nuevos sentidos.

La parodia existe en todos los medios, incluyendo la literatura, la música y el cine. Un acontecimiento político, social o cultural puede ser asimismo parodiado y por lo tanto resignificado. 





PROPUESTA:
En esta entrada les propongo que elijan una de estas representaciones e indiquen cuáles son los mecanismos de humor que emplean Les Luthiers por un lado o Hugo Varela, por otro, para parodiar ciertos modos de expresarse que tienen sus raíces en el folklore. Observen de qué cuestiones se burlan y cómo lo hacen. 

Tengan en cuenta en qué consisten las payadas y la importancia de la rima en este género musical.

Los cantores de nuestra Identidad Nacional

Tres cantores bien argentinos Atahualpa Yupanqui, José Larralde y Jorge Cafrune.




La milonga es género musical folklórico rioplatense en Argentina y Uruguay, y en menor medida de Río Grande del Sur. El género proviene de la cultura gauchesca. Se presenta en dos modalidades, la milonga campera o surera (perteneciente a la llamada música surera o sureña), forma original de la milonga, y la milonga ciudadana, forma tardía creada en 1931 por Sebastián Piana con "Milonga sentimental". Está emparentado con el candombeel tango y la habanera. Se la ha llamado también la habanera de los pobres.


PROPUESTA:
 Escuchen estas tres milongas y recuerden lo leído en el comienzo del poema "El gaucho Martín Fierro". Son todos relatos en primera persona, en los que a la manera de un "autoretrato", alguien, en tono de milonga, canta sus penas, sus padecimientos, a la vez que, apoyándose en principios muy firmes, se va describiendo y va dejando su mirada del hombre y del mundo. ¿En qué se parecen estos cantos? ¿Qué características comunes tienen esas identidades que se van construyendo a lo largo del relato? ¿Les parece que esos valores están presentes hoy en día en nuestra sociedad? ¿De qué manera?

Les dejo también los links con las letras de las canciones:


Selección de El gaucho Martín Fierro

EL GAUCHO MARTÍN FIERRO I Parte (Selección )


Aquí me pongo a cantar
Al compás de la vigüela,
Que al hombre que lo desvela
Una pena extraordinaria,
Como la ave solitaria
Con el cantar se consuela
Pido a los Santos del Cielo
Que ayuden mi pensamiento,
Les pido en este momento
Que voy a contar mi historia
Me refresquen la memoria
Y aclaren mi entendimiento
(..)
Mas ande otro criollo pasa
Martín Fierro ha de pasar,
Nada lo hace recular
Ni los fantasmas lo espantan;
Y dende que todos cantan
Yo también quiero cantar
Cantando me he de morir,
Cantando me han de enterrar,
Y cantando he de llegar
Al pie del Eterno Padre
Dende el vientre de mi madre
Vine a este mundo a cantar.
Yo no soy cantor letrao,
Mas si me pongo a cantar
No tengo cuando acabar
Y me envejezco cantando,
Las coplas me van brotando
Como agua de manantial.
(..)
Yo soy toro en mi rodeo
Y torazo en rodeo ageno,
Siempre me tuve por güeno
Y si me quieren probar,
Salgan otros a cantar
Y veremos quien es menos.
No me hago al lado de la güeya
Aunque vengan degollando,
Con los blandos yo soy blando
Y soy duro con los duros,
Y ninguno en un apuro
Me ha visto andar tutubiando.
(..)
Mi gloria es vivir tan libre
Como el pájaro del Cielo,
No hago nido en este suelo
Ande hay tanto que sufrir;
Y naides me ha de seguir
Cuando yo remuento el vuelo.
(..)
Y sepan cuantos escuchan
De mis penas el relato,
Que nunca peleo ni mato
Sino por necesidá;
Y que a tanta alversidá
Sólo me arrojó el mal trato.
Y atiendan la relación
Que hace un gaucho perseguido,
Que padre y marido ha sido
Empeñoso y diligente.
Y sin embargo la gente
Lo tiene por un bandido.

II

Ninguno me hable de penas
Porque yo penando vivo
Y naides se muestre altivo
Aunque en el estribo esté
Que suele quedarse a pie
El gaucho más alvertido

Junta esperencia en la vida
Hasta pa dar y prestar,
Quien la tiene que pasar
Entre sufrimiento y llanto;
Porque nada enseña tanto
Como el sufrir y el llorar.
Viene el hombre ciego al mundo
Cuartiándolo la esperanza,
Y a poco andar ya lo alcanzan
Las desgracias a empujones;
¡La pucha! ¡que  trae liciones
el tiempo con sus mudanzas!
Yo he conocido esta tierra
En que el paisano vivía
Y su ranchito tenía
Y sus hijo y mujer
Era una delicia el ver
Cómo pasaba sus días.
Entonces .... cuando el lucero
Brillaba en el cielo santo,
Y los gallos con su canto
Nos decían que el día llegaba,
A la cocina rumbiaba
El gaucho ... que era un encanto.
Y sentao junto al jogón
A esperar que venga el día;
Al cimarrón le prendía
Hasta ponerse rechoncho, mientras su china dormía
Tapadita con su poncho.
(..)
Y con el buche bien lleno
Era cosa superior
Irse en brazos del amor
A dormir como la gente,
Pa empezar al día siguiente
Las fainas del día anterior.
(..)
Estaba el gaucho en su pago
Con toda siguridá
¡Pero aura ... barbaridá!
La cosa anda tan fruncida,
Que gasta el pobre la vida
En juir de la autoridá.
Pues si usté pisa en su rancho
Y si el alcalde lo sabe
Lo caza lo mesmo que ave
Aunque su mujer aborte
No hay tiempo que no se acabe
Ni tiento que no se corte.
(..)
Ay comienza sus desgracias,
Ay principia el pericón;
Porque ya no hay salvación,
Y que usté quiera o no quiera
Lo mandan a la frontera
O lo echan a un batallón.
Ansí empezaron mis males
Lo mesmo que los de tantos,
Si gustan ... en otros cantos
Les diré lo que he sufrido
Después que uno está ... perdido
No lo salvan ni los santos.
III
Tuve en mi pago en un tiempo
Hijos, hacienda y mujer,
Pero empecé a padecer,
Me echaron a la frontera
¡Y qué iba hallar al volver!
Tan solo hallé la tapera.

Sosegao vivía en mi rancho
Como el pájaro en su nido
Allí mis hijos queridos,
Iban creciendo a mi lao ...
Sólo queda al desgraciao
Lamentar el bien perdido.
Mi gala en las pulperías
Era cuando había más gente,
Ponerme medio caliente,
Pues cuando puntiao me encuentro
Me salen coplas de adentro
Como agua de la virtiente.
Cantando estaba una vez
En una gran diversión;
Y aprovechó la ocasión
Como quiso el Juez de Paz ...
Se presentó, y ay no más
 Hizo una arriada en montón.
Juyeron los más matreros
Y lograron escapar
Yo no quise disparar
Soy manso y no había porqué
Muy tranquilo me quedé
Y ansí me dejé agarrar.
(..)
Formaron un contingente
Con los que en el baile arriaron
Con otros nos mesturaron
Que habían agarrao también
Las cosas que aquí se ven
Ni los diablos las pensaron.
A mí el juez me tomó entre ojos
En la última votación
Me le había hecho el remolón
Y no me arrimé ese día,
Y él dijo que yo servía
 A los de la esposición. 
Y ansí sufrí ese castigo
Tal vez por culpas agenas
Que sean malas o sean güenas
Las listas, siempre me escondo
Yo soy un gaucho redondo y esas Cosas no me enllenan.

Al mandarnos nos hicieron
Más promesas que a un altar
El juez nos jué a poclamar
Y nos dijo muchas veces:
“Muchachos, a los seis meses
Los van a ir a revelar”.
(..)
De los pobres que allí había
A ninguno lo largaron
Los más viejos resongaron,
Pero a uno que se quejó
En seguida lo estaquiaron
Y la cosa se acabó.
A naides le dieron armas,
Pues toditas las que había
Él Coronel las tenía,
Sigun dijo esa ocasión,
Pa repartirlas el día
En que hubiera una invasión.
Al principio nos dejaron
De haraganes criando sebo,
Pero después ... no me atrevo,
A decir lo que pasaba
Barajo ... si nos trataban
Como se trata a malevos.
(..)