Werner de Leo Masliah


Werner era ignorante, inmoral, morboso, sórdido, mentiroso, feo, malpensado, sucio, execrable, pervertido, impuntual, lujurioso, porfiado, haragán, egoísta, académico, desordenado, inhábil, detestable, mezquino, huraño, holgazán, intrigante, creído, lascivo, desatento, inmundo, culturoso, avaro, libertino, altanero, traidor, coqueto, arrogante, soberbio, presuntuoso, insensato, trasnochador, malviviente, vanidoso, antipático, demasiado pagado de sí mismo, torpe, desconfiado, tramposo, estafador, avieso, desabrido, irascible, fatuo, obstinado, vicioso, displicente, mugriento, abstruso, depravado, cruel, chismoso, grosero, despiadado, soez, intrigante, presumido, testarudo, perverso, descarado, tacaño, glotón, vago, informal, quisquilloso, intratable, engreído, malicioso, suspicaz, malcriado, necio, entrometido, jactancioso, fullero, senil, descortés, atolondrado, fanfarrón, insufrible, terco, desleal, inmaduro, ruin, maleducado, simplón, incapaz, desvergonzado, pérfido, fluctuante, cargoso, lerdo, rústico, descocado, receloso, esquivo, hostil, atropellado, enredador, infame, adulador y malhablado. Es una suerte, hija, que no te hayas casado con él.
                                                                                                                       de Leo Masliah


Literatura con vallas de Leo Masliah

El ómnibus se detuvo en el kilómetro doscientos once. Marisa bajó y el chofer también, para entregarle su equipaje. Cuando el ómnibus retomó su marcha Marisa empezó a caminar. Eran parajes de tierras rojizas. Ignoro por qué tenían este color; en verdad no sé nada de geología.
Marisa caminó un par de kilómetros y se sentó a descansar sobre su equipaje. Ignoro si hacía calor o frío porque no sé nada de meteorología (además yo no estaba allí). Marisa quería levantarse y seguir su camino, pero tenía dolores en la pelvis. Nada puedo decir, por desgracia, sobre el origen de estos dolores, porque carezco de los más elementales conocimientos de ginecología.
Marisa hizo acopio de fuerzas y se levantó. Para orientarse mejor sacó de su bolso unos binoculares (o quizá fuera un catalejo; no sé nada sobre instrumentos ópticos) y echó una ojeada a los confines de su visibilidad. Avistó una figura humana, mosqueando en el horizonte. Caminó hacia ella. La figura caminaba a su vez hacia Marisa. Esto es lo que creo, aunque no me respalda en ello ningún conocimiento de geometría.
Unos minutos después la figura se hizo reconocible para Marisa. Era un hombre. Andaba casi desnudo y estaba peinado y maquillado con arreglo a las normas vigentes en el grupo humano, tribu, clan o a lo que fuera que él pertenecía. No quiero dar detalles sobre esto por miedo a meter la pata, ya que no sé absolutamente nada de antropología.
Cuando lo tuvo cerca, Marisa sacó su cámara fotográfica. Creo que se puso a regular el fotómetro, y no sé cuántas cosas más. Marisa era una excelente fotógrafa, pero yo no solamente no lo soy sino que no tengo la más puta idea de cómo se saca una foto. Parece que aquel hombre tampoco la tenía, porque cuando vio el artefacto se asustó. Se acercó a Marisa y le arrancó la cámara de las manos. No conforme con esto, le arrancó también la ropa y —ya con más delicadeza— se sacó él mismo la poca que traía puesta.
Entonces ocurrió algo que me veo incapacitado de describir, quizá por falta de experiencia personal en la materia. No sé nada sobre sexo, y creo que por ahí corría el asunto. (Perdón si en algún momento me expreso de forma confusa o incorrecta; es que no sé nada de gramática.) En verdad la única disciplina que domino es la literatura. Sinceramente, creo que sé más que nadie en esta materia. Pero ya no puedo escribir más, lo siento. Mi falta de formación en otras disciplinas me lo impide, interponiéndose constantemente entre mi pluma y mis lectores. Esta traba merecería de mi parte, sin duda, un profundo estudio, pero yo no lo puedo hacer porque no sé nada de epistemología.
Sólo me queda entonces decir adiós, y gracias (no sé si corresponde despedirme así; perdón, pero es que no sé nada sobre modales).
de Leo Masliah

Consejos para futuros gobernantes de César Bruto

Además de no premiar a los intelijentes, usté tanpoco caiga en la equivocasión de darle premios y becaS a los buenos estudiantes para que vayan a estudiar en el estrangerO, porque el ques buen estudiante estudia en cualquier parte y no presisa de que lo manden a otro sitio… Yo conosí muchachones que tenían una intelijensia fenómeno y les dieron becaS para ir a la sorbonA de paríS… ¡Pero los tipos en lugar de agarrar para el lado de la sorbonA agarraron para el lado de las fransesitas y se acabaron los estudios!... Lo que usté tiene que haser es darle esas becaS para ir al estrangerO a los estudiantes más salames, para ver si se avivan un poco. ¡Y si no se avivan, por lo menos están lejos de nosotros y nos molestan menos!
                                                                                                  de César Bruto

Esplicasiones de una Señora que sescapa con otro" de César Bruto



Negro:

te pido por fabor de que no tomés a mal que yo agarre mis prendas de vestir y me vaya del cotorro, ni que pensés de mí con lijeresa, aplicándome tal o cual metáfora dibna de mejor suerte… ¡Te juro que me voy para tu bien, negrO, y que algún día vas a comprender todo el tremendo sacrificio que hago para que triunfés con tu concomitansia de poetA y de conpositor de música, todo lo cual hoy andás bastante flojo y sin poder encontrar un tema para un gran tango que te haga venir popular y honbre de plata! No te vayás a pensar de que te dejo porque a tu lado reina una pobresa insuperable, y que si una sigue vibiendo acá a la larga se acostrumbraría a comer el reboque de la paré… ¡queesperansa! Me voy, negrO, para ver si al encontrarte solo, triste y abandonado, sin nada más que la guitarra y el perrito companiero que por mi ausensia no comería, te sentás a escribir un presioso tango, en el cual me tratés de todo, diciéndome que soy una ingrata malbada, una percanta trasionera o lo que a vos te guste, que no me voy a ofender por eso.
Todavía, si querés más datos para tu composisión, te comunico que al escaparme del bulíN me voy con un cabaliero que conosí el otro día en el sentrO, el cual se me asercó cuando yo estaba mirando una vidriera, y me dijo: “Usté merecería un tapado de bisontE y un coliar de brillantes, sinpática…”, a lo cual yo le contesté: “¿Le parese?...” y como una palabra saca la otra y las 2 laban la cara, a la final quedamos que yo me iría a vibir con él, que me tratará como una reinA, y hasta prometió de comprarme una licuadora para que yo pueda haser jugo en mis horas de ósio… ¿Te das cuenta qué cambio? ¡Adiós negrO, no mechés la culpa de nada y pensá que todo lo hago para que triunfés con una cansión en contra mía… ¡Ha, y apurate que te van a desalojar antes del 30!
Se despide de vos, tu tierna conpaniera quescapás de haser cualquier cosa parayudarte, Camila (haora gladiS”).

                                                                                                     

Diccionario del diablo (fragmento)



Aire: Sustancia nutritiva con la que la generosa providencia engorda a los pobres.
Amor: Insanía temporal, curable mediante el matrimonio.
Ambidextro: Sujeto capaz de robar con igual habilidad de un bolsilloA derecho o de uno izquierdo.
Año: Período de 365 desengaños.
Bella Donna: En italiano mujer hermosa; en inglés, veneno mortal. Notable ejemplo de la identidad esencial de ambos idiomas.
Cínico: Ser miserable cuya defectuosa vista le hace ver las cosas como son y no como debieran ser.
Diplomacia: Arte de mentir en nombre del país.
Egoísta: Persona de mal gusto que se interesa más por si mismo que por mí.
Filosofía: Camino de muchos ramales que conducen de ninguna parte a la nada.
Gato: Elemento blando e indestructible que nos da la naturaleza para que lo pateemos cuando las cosas andan mal.
Historiador: Chismoso de envergadura.
Risa: Convulsión interna que provoca una distorsión de los rasgos faciales y se acompaña con ruidos inarticulados. Es contagiosa y, aunque intermitente, incurable.
Santo: Pecador fallecido, revisado y editado.
Sobre: Ataúd de un documento; camisón de una carta de amor.
Solo: En mala compañía.
Tenedor: Instrumento usado principalmente para llevarse animales muertos a la boca.

                                                                       de Ambrose Bierce

La palabra "Mierda" de Roberto Fontanarrosa

El uso de la palabra MIERDA es una cuestión de educación, ya que nadie puede negar que la usamos para múltiples circunstancias relacionadas con muchísimas cosas, por ejemplo:


* Ubicación geográfica: "Andate a la mierda"

* Adjetivo calificativo: "Sos una mierda"

* Momento de escepticismo: "No te creo ni mierda"

* Deseo de venganza: "Lo voy a hacer mierda"

* Accidente: "Se hizo mierda"

* Efecto visual: "No se ve una mierda"

* Sensación olfativa: "Huele a mierda"

* Deseo de despedirnos: "Váyanse a la mierda"

* Especulación de conocimiento: "¿Qué mierda es eso?"

* Momento de sorpresa: "¡A la mierda!"

* Actitud de resentimiento: "No me regaló una mierda"

* Sensación gustativa: "Esto tiene gusto a mierda"

* Acto de impotencia: "No anda esta mierda"

* Deseo de ánimo: "Apurate con esa mierda"

* Situación de desorden: "Todo está hecho una mierda"

* Rechazo despectivo: "Qué se cree la mierda esa"

* Situación alquimista: "Todo lo que toca se vuelve mierda"

¿Cómo nos arreglaríamos sin esta palabra?


                                                                      de Roberto Fontanarrosa

Fontanarrosa en el Congreso de la "Lengua"


El escritor y humorista argentino destacó además las “condiciones terapéuticas” de estos términos y pidió que los “cuidemos porque los vamos a necesitar”.

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El escritor y humorista gráfico Roberto Fontanarrosa dio hoy el toque de color al III Congreso Internacional de la Lengua Española, al reclamar “una amnistía” para "las malas palabras" y pedir que "cuidemos de ellas, integrémoslas al lenguaje, porque las vamos a necesitar".

"Atendamos las condiciones terapéuticas de las malas palabras, que sirven para descargarse. Pido una amnistía para ellas, vivamos una Navidad sin malas palabras, y cuidemos de ellas, porque las vamos a necesitar", concluyó.

"Este es un ámbito más que apropiado para plantearse porqué son malas palabras. ¿Le pegan a las otras palabras? ¿Son de mala calidad y cuando uno las pronuncia se deterioran? ¿Quién las define como malas palabras?", se preguntó el rosarino durante la mesa redonda sobre "Español internacional e internacionalización del español", que se celebró en el Teatro El Círculo.

"Tal vez –afirmó el escritor- sean como esos villanos que al principio eran buenos pero la sociedad los hizo malos. Tal vez, al marginarlas las convertimos en malas. En alguna época se les decía palabrotas, lo cual no deja de ser un reconocimiento. Las malas palabras reflejan una expresividad y una fuerza que difícilmente las haga intrascendentes”.

"No es que haga defensa incondicional y quijotesca de las malas palabras. Algunas me gustan. Mi vieja no decía muchas malas palabras. Mi viejo en cambio era lo que se llamaba un mal hablado.

También se le llamaba 'bocasucia'. Ironizando, recordó que durante su niñez "en ningún momento se impuso eso de 'eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca'".

Subrayó que "a veces criticamos a los jóvenes porque usan un vocabulario bastante estrecho, me preocuparía que no tuvieran capacidad de expresión y de grafismo al hablar: 'acá le salio un coso' algo que lleva a uno a decir 'qué cosa, cómo se expresan los chicos".

Para justificar su cuidada improvisación, Fontanarrosa bromeó: “He escrito algo, pero no me alcanzó para que la memoria me dictara que tenía que traer los lentes". Y expresó: "No sé quién define lo que es vulgar y lo que no es vulgar. Pienso que las malas palabras brindan otros matices. Hay palabras de las denominadas malas palabras que son irreemplazables, por sonoridad, por fuerza y por contextura física. No es lo mismo decir que una persona ‘es tonta o sonsa’ que ‘es un pelotudo’”.

Sobre esta palabra, el humorista y escritor se explayó: “El secreto de la palabra pelotudo podría referirse a un utilero de fútbol. El secreto y la fuerza está en la letra ‘t’". Celebrado por las risas aprobadoras del público, dijo que "hay una palabra maravillosa que en otros países está exenta de culpa que es 'carajo'. Tengo entendido que era el lugar donde se colocaba el vigía en lo alto de los mástiles. Amigos mexicanos con los cuales estuve cenando anoche me explicaban que las islas Carajo están en el Océano Indico”. Acá se llega al eufemismo de decir 'caracho'".

Fontanarrosa advirtió por otra parte "la triste función de los puntos suspensivos" para reemplazar términos soeces. "Merecería otra discusión en el Congreso de la Lengua.

Hay otra palabra irremplazable que es 'mierda', y el secreto de su contextura física está en la erre. Los cubanos dicen 'mielda'. Ese es otro de los grandes problemas que ha tenido la revolución cubana, que es la imposibilidad de manifestar fuerza expresiva".

"Atendamos estas condiciones terapéuticas de las malas palabras, que sirven para descargarse. Pido una amnistía para ellas, vivamos una Navidad sin malas palabras, y cuidemos de ellas, porque las vamos a necesitar", concluyó.

(Nota extraída del diario Clarín - internet, 19 de noviembre de 2004)